Por Fernando Orús.
El nivel de madurez alcanzado por los escaladores zaragozanos y en particular por Rabadá y Navarro les llevo a imaginar una ruta que se hubiera considerado 5 años antes imposible: escalar el Firé por el espolón de la punta No Importa, una pared gigantesca de casi 300 m sin ningún relieve característico favorable. La zona inferior ya había sido escalada en 1958 por la vía Villar, pero el resto era una sucesión caótica de enormes panzas y extraplomos que conducían al soberbio torreón final, liso y vertical. Todo esto significaba que a la dificultad misma de la escalada habría que sumar la dificultad de clavar en estos muros sin fisuras aparentes, más si, como se hizo, se renunciaba al uso de buril. La cordada empezó el 12 de Octubre de 1961 para concluir el 16 con cuatro duros vivacs en la pared, proeza deportiva sin precedentes en la escalada española.
El Espolón del Firé, resultó de una dificultad extrema, tanto por sus pasos técnicos y complicados de asegurar, como por la poca evidencia de muchas de sus secciones. La cordada evitó al máximo la escalada artificial, consiguiéndolo a base de un trazado sinuoso en busca del paso más natural, en un compromiso total, ratificado por la primera repetición de la vía, hecha por Ursi e Ibarzo y las escasas repeticiones conseguidas veinte años después.
Durante la escalada se filmó la película “Escalada”, dirigida por Miguel Vidal,testimonio de esta fantástica aventura. Hoy el Espolón del Firé es una de las grandes clásicas de los Mallos, quizás el mejor legado de esta cordada legendaria.
También en 1961, Rafael Montaner y José Antonio Bescos escalan con un vivac el Gran Diedro de peña Ruaba (o “Rueba, como se le denomina actualmente recuperando una toponimia quizás más precisa). Peña Ruaba es el gran macizo de conglomerado existente en frente de los Mallos y que hoy reúne una completa colección de vías. La escalada del Gran Diedro tardó 15 años en ser repetida, ratificando la dureza salvaje de este recorrido de más de 350 m de altura.
En 1962 se inauguro un refugio montañero en Riglos construido por el club Montañeros de Aragón y situado en el mismo lugar que el actual, a la entrada del pueblo. Lugar común de estancia y pernocta, acogió a varias generaciones de escaladores dentro de la modestia de su instalación hasta que en 2007 se inauguro el nuevo y confortable refugio, promovido por el mismo club y la Federación Aragonesa de Montaña (FAM).
Desaparecidos Rabada y Navarro (Norte del Eiger, Agosto de 1963), hecho que conmociono hondamente a todos los escaladores aragoneses y uno de los episodios más dolorosos de la historia de la escalada española, Ursiquedó como el mejor y más activo escalador de los Mallos, capacidad que demostró con la apertura de dos magnificas vías al Pisón, la vía de Verano (Ursi-Peralta, 1964) en la cara este del Pisón, especie de espalda del mallo ideal para escalar a la sombra en los calurosos días de verano, y la Carnavalada (Ursi-Ibarzo, 1965), en la cara suroeste, muralla que junto con La Visera, es la pared más impresionante de todos los mallos por el acusado y continuo extraplomo que presenta en sus más de 250 m. El nombre se debe a un disparatado proyecto de vía de los escaladores de Riglos con el que emular el argumento de una película de la época “El Gran Carnaval” (Billy Wilder, 1951) basada en un hecho real ocurrido en Kentucky en 1925, en la que un minero es rescatado por el procedimiento más largo y dificultoso para prolongar la noticia de su rescate con fines periodísticos sensacionalistas. En la vía se recurrió al uso sistemático del buril, único recurso de progresión posible entonces para subir esta pavorosa muralla tallada por antiguas erosiones. Fue un alarde de tenacidad y firmeza que a la postre realizaron en cinco días sin publicidad alguna. Hoy sigue siendo por su ambiente y belleza una clásica obligada en la escalada en Riglos.
Un legado más de este magnifico escalador: el Espolón del Adamello, que hizo consu fiel compañero de cordada Jesús Ibarzo en 1965. Es una bellísima vía que discurre por el canto afilado existente entre las chimeneas Pany Haus y Gripe, paradigma de la escalada de las típicas “panzas” rigleras Encadenada con la Normal del Pisón constituye una de las mejores y más representativas vías de los Mallos en su nivel de dificultad. Este fue el primer espolón escalado de los cuatro que perfilan las ya clásicas chimeneas del Pisón y del Macizo. En los años siguientes se escalarían todos los demás: el de la Gripe, Espolón “Mario Naya”, abierta por Javier Urcina “el Suizo” y Jesús Faguas en 1969. La misma cordada abrió el espolón de la Endrija, “Espolón Arrabal”, en1970 , quienes lo dedicaron a su amigo José Luis Arrabal “el Miembro”, fallecido en dramáticas circunstancas tras intentar la primera invernal a la vía Rabada-Navarro de cara oeste del Naranjo, en 1968. El Espolón de los Cachorros lo escalaron Ricardo Fallos y Silverio Artal “Silver” en 1971. Todas estas vías son hoy día más o menos clásicas y frecuentemente repetidas si han sido reequipadas.