Por Fernando Orús.
Desde mitad de los 80 hasta nuestros días el catalogo de escaladas de Riglos se incrementó notablemente nutrido por vías de todos los estilos y concepciones, realizadas por los mejores aperturistas y equipadores de escalada de nuestro entorno. En un mismo mallo o pared conviven comprometidas escaladas de aventura de varios días y dificultades extremas, con atrevidas escaladas de corte deportivo, todas ellas en niveles de dificultad prácticamente inverosímiles años atrás.
En 1992 Antonio Gª Picazo abrirá una vía que escala los muros de la derecha del torreón de la No importa. Impresionante aventura solitaria que culminó en tres días de intensa escalada: la vía Antonio García Picazo.
Por su parte, la cordada Mugarra-Lazcano-Bañales abren “Alpinismo deportivo” (1993) , con severas dificultades de 7a/b.
En el Firé, Cristhian Ravier y Benóit Dandonneau abrieron en 1993 una vía nueva a la izquierda de la Villar, la “Sous la galets la page”, en tres días de escalada con el compromiso y ambiente propios del mallo. Ravier repetiría escenario y vía nueva años después con Phillipe Barthe, la Mandite afrodite” en 2002, en la que al parecer encadenó algunas variantes anteriores a otras vías con largos de nueva factura.
En los años 90 se equiparía en el Firé una vía deportiva a la punta Mallafré, la “Directa as cimas” y que va por los muros a la derecha de la vía de las Fisuras. Equipada desde arriba con paraboles y con algún canto tallado no se libró de algunas críticas, resueltas por el favor de los escaladores de este tipo de rutas. Hoy es una escalada frecuentemente repetida. En esta misma línea deportiva se equiparon, por ejemplo, las vías Tangerine dream, Escoria oriental. Tucán ausente, Vixente inuxente ,o Al Capone del Pisón, fantásticas vías deportivas de grado 7º, en convivencia pacífica con otras de gran aventura como Gárgola risueña (1984) o Nautla (1989).
En 1996 se edita por Prames, SA una nueva guía de Riglos realizada por Felipe Guinda “Escaladas, Riglos, Agüero y Foz de Escalete” que recoge las rutas existentes a la fecha. El mismo autor publicó en el 2000 un nuevo trabajo recopilatorio, “Guía de escalada en Riglos, Agüero y Foz de Escalete”, editada también por Prames, SA e ilustrada con fotografías a color sobre las que detallan rotuladas las diferentes vías.
En 2008 Toño Carasol, el especialista local, y Armand Ballart , abrieron en el Pisón una exigente vía que dedicaron a su inolvidable amigo Rainier Munich “Boony”, muerto en accidente de escalada en 2006 en Gourette. Va por los muros existentes entre la Serón Millán y la del Pájaro y fue abierta con 4 spits solamente (puestos en el 4º largo) tras 7 días de escalada sin vivacs, lo que lógicamente requiere “un alto grado de artesanía”, según comentó el propio Ballart.
Las últimas realizaciones en esta línea de dificultad ratifican el altísimo nivel de los escaladores de primera línea de Riglos, que siguen desplegando su creatividad en los mallos, a pesar de que, como ocurre en otros muchos macizos se aprecia ya una cierta saturación. Más de 30 vías “visten” cada uno de los mallos principales Firé y Pisón, fenómeno que se repite en todas las murallas principales de Riglos. Los nuevos trazados enriquecen su apasionante historia y mejoran su completa oferta de escaladas, pero también estos “apretados” trazados tienden a despersonalizar las mejores vías y en general restan compromiso al existir rutas alternativas, en ocasiones a escasos metros.
Recientemente se han abierto, entre otras, “Dos hombres y un bombón” por A. Ballart-R. Bresco-Sonia Casas, en la cara oeste del Firé y “El abuelo Rogelio” por Fernando Cobo, que sube entre la Mediterráneo y la Fisura Gallego-Carrillo, también en el Firé. Ambas son del 2008. El propio Fernando Cobo, aperturista tenaz e incansable, ha abierto recientemente (Mayo 2011) el espolón este del Cuchillo, una vía que ha querido dedicar “a las madres del mundo como seres que engendran la vida”: “Vía de las de madres” (Cobo, Lara, Fernández, Garrido y el veterano Rogelio Rusell).
En Agosto de 2011, se ha abierto una nueva ruta al Pisón, en la cara oeste, la vía “Sin chapas y a lo loco”, de artificial extremo, en la que han prescindido absolutamente de cualquier tipo de taladro, obligando a dificultades de A5, grado no conocido en los Mallos hasta el momento. La han escalado David Palmeda “Pelut” y Jaime Clolet “Paca” en 6 días de escalada (5 vivacs) y 7 más de preparación.
Y junto a estas escaladas extremas, Riglos también da cabida a la actividad aperturista de veteranos como Gregorio Villarig y Jesús Yarza, que con gran entusiasmo amplían el catalogo de los mallos Pequeños con nuevas y originales vías en el Cored, la peña D. Justo, el Tornillo o en “nuevos” mallos que suelen dedicar a los escaladores históricos de Riglos,
Me gusta lo que ha escrito Fernando Orus. Muy cultural, gracias Fernando.